En 1910 un misterioso pintor, Joachim-Raphaël Boronali, exponía en el salón de los independientes de París su célebre cuadro “Y el sol se durmió sobre el Adriático”. Todo esto nada tendría de particular si no fuese porque Boronali era tan sólo un nombre inventado por el escritor Roland Dorgelès, y el verdadero autor del cuadro, quien lo pintó ante notario, era un asno al que Dorgelès le colocase un pincel en la cola.
Un siglo después, la asociación “La república de Montmartre” acaba de repetir el ejercicio. Y así es cómo, con la ayuda del asno Marmot, estos irreverentes han conseguido crear “Y el sol se volvió a dormir sobre el Adriático”, un cuadro que vuelve a poner de relieve la crítica al “todo vale” que imperaba hace un siglo y parece seguir imperando en la actualidad.
Y es que a ciertos especialistas del arte les “cae mal” que les recordemos la historia o siquiera que ésta haya tenido lugar, quizás porque teman no sin justificación ser ellos víctimas como antaño lo fuesen sus colegas al calificar al misterioso Boronali de “personalidad hipertrofiada” o detentor del “temperamento confuso del colorista”.
Y es que a ciertos especialistas del arte les “cae mal” que les recordemos la historia o siquiera que ésta haya tenido lugar, quizás porque teman no sin justificación ser ellos víctimas como antaño lo fuesen sus colegas al calificar al misterioso Boronali de “personalidad hipertrofiada” o detentor del “temperamento confuso del colorista”.
Fuente: www.rfi.fr
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