Multitud de filipinas, 120.000, trabajan en Hong Kong, China, en el servicio doméstico y en su día libre semanal, el domingo, invaden y se asientan en el centro de la ciudad donde construyen sus recintos de intimidad colectiva y desarrollan a lo largo del día actividades relacionadas con el descanso, el ocio y la socialización, transformando el espacio urbano en una nueva cartografía humana y social. Son mujeres que han sacrificado sus vidas para dar mejor calidad de vida a su familia y a sus hijos.
Ellas han creado un éxodo del extrarradio hacia el centro invadiendo literalmente la ciudad, creando nuevos límites, imponiendo su cultura, separando las tradiciones, creando nuevas formas de uso, delimitando su propio territorio. Convierten dicho territorio en propio aunque no les pertenece.
Marisa González expone en la Galería Evelyn Botella de Madrid diversas fotografías y dos vídeos documentales realizados a partir de tomas y grabaciones hechas en Hong Kong y Manila.
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