viernes, 13 de agosto de 2010

La infancia torturada por un sueño





Niños entre cuatro y siete años se entrenan duramente en  una escuela de gimnasia de Jiaxing, en China, para llegar a ser atletas a nivel nacional e internacional. Los juegos y todas esas cosas que forman parte de la infancia desaparecen por las duras sesiones de entrenamiento, con considerables sacrificios. Todo por un sueño y ganar una medalla de oro.






China tiene un excelente equipo de gimnasia y ganan la mayoría de las medallas de oro en las Olimpiadas. Pero para conseguirlo se valen del sacrificio diario y el entrenamiento tenaz a costa de una infancia perdida, donde el juego y la diversión están proscritos.






Mao Zedong se obsesionó con hacer de los chinos los mejores deportistas del mundo poco después de alcanzar el poder en 1949. Se trataba de una cuestión de respeto internacional: había que demostrar que los chinos, a pesar de sus cuerpos menudos, podían nadar más rápido, correr más tiempo o saltar más alto que los más altos y robustos occidentales. El régimen comunista comenzó a utilizar el deporte como medio de propaganda y los triunfos deportivos fueron exhibidos ante la población como ejemplo de la superioridad del sistema comunista sobre el capitalista.








Fotos: Stringer Shanghai / Reuters  





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