El Sótano de las
Golondrinas, en México, es una enorme sima formada, al parecer, por el colapso del techo de una cueva subterránea,
que a su vez se formó por la erosión del agua en una falla en la piedra caliza,
que se caracteriza por tener una abertura exterior mucho más estrecha que el
fondo, dándole una forma cónica. Fue descubierta en 1966 por un equipo de
ornitólogos de la universidad de Texas.
El eje es tan profundo que se
forman nubes en su interior.
La abertura
superior de forma elíptica se encuentra a nivel del suelo, con un diámetro
cercano a los 60 metros, mientras que el fondo tiene una apertura máxima de
unos 300 metros y 376 de caída libre,
aunque la profundidad llega hasta los 512 metros por el socavón existente en el suelo. Curiosamente,
el fondo tiene las dimensiones de tres campos de fútbol, en vertical cabe
sobradamente la torre Eiffel o el Chrysler Building de Nueva York.
El suelo de la cueva está lleno
de vida vegetal. La gruesa capa de escombros y guano es también el hogar
de los milpiés, insectos, serpientes y escorpiones.
Esta maravilla
de la naturaleza atrae a miles de espeleólogos cada año de todas partes, y está
considerada como la cueva vertical más bella del mundo. El descenso se
inicia al amanecer con el espectáculo del vuelo de miles de vencejos y periquitos
verdes que salen ascendiendo en círculos con precisión matemática. Sin embargo,
debido a que la población de aves está disminuyendo, se evita el acceso en las
horas de la mañana y el atardecer cuando las aves salen o regresan. Actualmente
el sótano y otras fosas similares están consideradas como reservas de la
biósfera por el gobierno de México.
Una vista desde la entrada del sótano de las Golondrinas.
Las fotografías fueron tomadas
por Dave Bunnell.
Fotogalería: The Telegraph
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