No por ser esperado es menos
impactante. Un iceberg gigante se desprende de la Antártida. Un hecho que
nos debería hacer pensar en la necesidad de apostar por un futuro libre de
combustibles fósiles, como advierte el director de la Unidad Científica de Greenpeace Internacional, Paul Johnston. “El deshielo de la Antártida es la
alerta roja del planeta sobre los peligros del cambio climático. El
desprendimiento de este iceberg es el tercero de los últimos años,
probablemente una señal del impacto global del cambio climático y de la
necesidad urgente de implementar el acuerdo de París para buscar un futuro 100%
renovable y dejar de quemar combustibles fósiles”.
Según informaron los científicos del Proyecto Midas, un iceberg de más de un billón de toneladas -uno de los más grandes jamás registrados- se ha desprendido de la plataforma de hielo Larsen C en la Antártida en algún momento entre el lunes 10 de julio y el miércoles 12 de julio, cuando una sección de 5.800 kilómetros cuadrados finalmente se separó. El iceberg, que probablemente se llamará A68, fue detectado por el instrumento del satélite Aqua MODIS de la NASA.
La plataforma de
hielo Larsen C, que tiene un espesor de entre 200 y 600 metros, flota en el
océano al borde de la península Antártica, frenando el flujo de glaciares que
se alimentan de él. La masa de hielo puede permanecer en una sola pieza, pero
es más probable que se rompa en fragmentos. Parte del hielo puede mantenerse
en el área durante décadas, mientras que partes del iceberg pueden derivar
hacia el norte hacia aguas más cálidas.
El seguimiento de la brecha de Larsen C
se lleva estudiando desde que en 1995, Larsen A se quebrara, y en 2002,
ocurriera lo mismo con Larsen B. Sin embargo, de acuerdo con el profesor
Luckman, este hecho correspondería a un acontecimiento geográfico y no
climático, pese a que se cree que el calentamiento climático ha contribuido a
la separación del iceberg.
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