Los fósiles
de Dickinsonia, organismos ovales simétricos bilaterales, han sido
particularmente difíciles de clasificar y, a la vez, han sido objeto de debate científico -se discutía si se trataba de un animal, un tipo de hongo o un protista
unicelular gigante-, desde que se descubrió por primera vez en 1946 en las colinas
de Ediacara, en el sur de Australia.
Los acantilados en los que se
encontraron los fósiles,
en la costa del mar Blanco, en Rusia. Ilya Bobrovskiy/ANU
El dilema se ha
resuelto en el nuevo trabajo publicado en la revista Science. Investigadores
de la Universidad Nacional de Australia (ANU) han identificado a Dickinsonia como un
animal al analizar los restos orgánicos conservados en los ejemplares
encontrados en las rocas de un acantilado del mar Blanco, en el frío noroeste ruso. Estos fósiles presentaban un alto contenido en colesteroides, un tipo de grasa
distintiva de la vida animal. Aunque los científicos no pueden decir
exactamente cuándo surgió el primer animal, con
su clasificación constatada, se confirma que habitó la Tierra hace unos 558
millones de años, lo que lo convierte en el animal más antiguo conocido hasta
ahora.
Ilya Bobrovskiy en los acantilados
del mar Blanco
para encontrar el fósil Dickinsonia. ANU
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