Dai Kurokawa
Este 6 de agosto se cumplen 75 años del bombardeo de Hiroshima y, tres días más tarde, del de Nagasaki. En una ceremonia reducida por la pandemia, se ha recordado a las víctimas y reclamado la paz. Ante el cenotafio que recuerda a las víctimas, y con la sobrecogedora estampa de la destruida Cúpula de la Bomba al fondo, el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, ha pedido unidad al planeta para eliminar no solo las armas nucleares, sino también la amenaza de la pandemia. “Hiroshima considera que es nuestro deber construir en la sociedad un consenso por el que la gente de todo el mundo debe unirse para conseguir la abolición de las armas nucleares y que haya una paz duradera”, abogó el alcalde.
Hoy Hiroshima, y Nagasaki el domingo, honran a sus muertos para que no se vuelvan a repetir los errores del pasado. Ni sus horrores.
La ciudad
japonesa de Nagasaki ha conmemorado este domingo, en una pequeña
ceremonia con solo quinientas personas para evitar contagios por el coronavirus,
los 75 años de la segunda bomba atómica, lanzada por Estados Unidos tres días
después de la de Hiroshima. En una pequeña ceremonia con solo quinientas
personas para evitar contagios por el coronavirus,
Además de recordar a los 70.000 muertos que dejó, el alcalde, Tomihisa Taue, ha vuelto a pedir la prohibición de las armas nucleares. “La Humanidad no es consciente de la amenaza de las armas nucleares hasta que sean usadas de nuevo y nos encontraremos de nuevo en un hecho irrevocable. Entre los Estados nucleares y los países bajo sus paraguas atómicos ha habido voces clamando que es demasiado pronto para tal tratado. Pero no es así. En realidad, la reducción de las armas está llegando muy tarde”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario