lunes, 19 de julio de 2010

Funeral colectivo en el aniversario de Srebrenica




El día 11 de julio se conmemoró el decimoquinto aniversario de la matanza de Srebrenica congregando a miles de personas y a delegaciones oficiales de la UE y de varios países, incluido el presidente de Serbia, Boris Tadic. El acto se celebró en el Memorial de Potocari, donde fueron sepultados los restos de 775 víctimas identificadas recientemente. Se trata del mayor entierro colectivo desde la matanza, en 1995, de unos 8.000 varones, musulmanes bosnios, y entre ellos un católico, cuando las tropas serbobosnias del general Ratko Mladic conquistaron el enclave, entonces zona protegida de la ONU.


Quince años después, Mladic, uno de los principales acusados de genocidio en Srebrenica por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), sigue prófugo de la Justicia. El Parlamento europeo proclamó el 11 de julio como día de conmemoración del genocidio de Srebrenica en toda la Unión Europea.


"Durante más de tres años vivimos aislados del mundo, cercados y bombardeados por los serbios, padeciendo de hambre y de frío, sin medicamentos ni medios de tratar decentemente a los heridos y mutilados por minas y morteros. Las milicias de Karadzic impedían el paso a los convoyes humanitarios y se apoderaban de la comida y medicinas destinadas a los sitiados sin que la [Fuerza de Protección de las Naciones Unidas] Unprofor moviera un dedo para impedirlo".



"Cuando los chetniks (radicales serbios) iniciaron el asalto e irrumpieron en la zona protegida por la ONU, el comandante holandés -que luego vi fotografiado, brindando con champaña, tras la ocupación del enclave, con el general serbio Mladic- nos mintió. Aseguró al alcalde que los aviones de la OTAN bombardearían las líneas serbias e impedirían el asalto. En realidad, se reunió con Mladic y pactó con él el lugar en donde arrojarían las bombas: un campo desierto, con un viejo tanque inservible".






"Luego cayó sobre nosotros un diluvio de fuego. El alcalde pidió a Unprofor que amparara en su cuartel a los heridos, pero el jefe rehusó. Los chetniks llegaron a la ciudad y ocuparon sin resistencia el campo militar holandés. Cuando vimos que nos habían vendido tratamos de huir. Unos centenares de adultos y jóvenes que se rindieron fueron fusilados. Alrededor de quince mil hombres escapamos a campo traviesa intentando alcanzar las líneas bosnias. De ellos, sólo tres mil quinientos salimos con vida. Los restantes han desaparecido, y me temo que nadie los volverá a ver. (...)".






Fuente: Testimonio recogido por Juan Goytisolo y publicado en El País en el décimo aniversario y anteriormente en el mismo medio (Llovió sobre nosotros un diluvio de fuego, 24-8-95).

Fotos: La Repubblica




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