domingo, 1 de julio de 2012

En la frontera interestelar






Las naves gemelas Voyager 1 y 2, lanzadas en 1977, continúan la exploración en los confines del Sistema Solar, en busca de  la frontera de la heliopausa, la capa más externa de la heliosfera, acercándose a los límites externos más lejanos del campo magnético del Sol, donde el viento solar es más lento a causa de la presión ejercida por el gas interestelar. Cuando estén  fuera de esta frontera imaginaria, las sondas podrán realizar mediciones de los campos interestelares, de las partículas y de las ondas no afectadas  por el viento solar. Ambas naves seguirán enviando la información científica a través de la Red del Espacio Profundo (DSN, Deep Space Network).






La misión principal era la exploración de Júpiter y Saturno. Después de hacer una serie de descubrimientos, tales  como los volcanes activos en la luna Io de Júpiter y las complejidades de los anillos de Saturno. La misión se extendió a la exploración de Urano y Neptuno por la Voyager 2. La 1 entró en la heliopausa en diciembre de 2004,  y la 2 en agosto de 2007.






La Voyager se convertirá en el primer objeto hecho por el hombre que entre en el espacio interestelar. Para ello, las baterías están diseñadas para funcionar hasta 2025. A partir de esa fecha, dejarán de transmitir a la Tierra, pero continuarán su viaje hacia otras estrellas de la Vía Láctea. Ambas llevan un saludo de la Humanidad dirigido a una inteligencia extraterrestre. Se trata de una grabación de un disco de oro con sonidos e imágenes de la vida y la cultura terrestres seleccionados bajo la dirección del científico Carl Sagan.







  El diagrama del disco de oro.






Fuente: NASA (enlaces)




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