Este es el primer mapa de la
radiactividad en un remanente de supernova, los restos de una explosión estelar. El
color azul muestra el material radiactivo mapeado en rayos X de alta energía
utilizando el telescopio NuSTAR.
Uno de los mayores misterios de la astronomía es saber cómo se producen las colosales explosiones con las que terminan su vida las estrellas que han consumido todo su combustible nuclear y colapsan. Finalmente, está siendo desentrañado con la ayuda del telescopio espacial de rayos X de alta energía NuSTAR, que ha conseguido el primer mapa de los materiales radiactivos en el remanente de una supernova.
El estudio se ha hecho a partir de Cassiopeia A, un remanente de una estrella masiva que explotó como una supernova. La luz de la explosión llegó a la Tierra hace unos cientos de años, cuando debió de aparecer en el cielo como un nuevo astro brillante joven.
Las estrellas son bolas esféricas de gas, por lo que uno puede pensar que cuando terminan sus vidas y explotan, esa explosión parecería una bola uniforme en expansión. Pero nuestro nuevo resultado muestra cómo el corazón de la explosión, el motor, está distorsionado”, señala Fiona Harrison, investigadora principal de este telescopio de la NASA.
Estas ilustraciones muestran la
progresión de una explosión de supernova. Una estrella masiva (izquierda),
que ha creado los elementos pesados como
el hierro en su interior, estalla en una tremenda explosión (en el centro),
esparciendo sus capas exteriores en una estructura llamada remanente de
supernova (derecha).
Fuente. NASA
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