3 de abril de 2010, Bernard Gagnon
Apamea, conocida como
Pharnaké por los persas, pasó a llamarse Pella tras la conquista de Alajejandro
Magno. El rey seleúcida Seleuco I Nicátor, en el año 300 a. C., la agrandó y
fortifico, poniendo el nombre a la ciudad en honor a su esposa, Apama.
3 de abril de 2010, Bernard Gagnon
La Gran Columnata fue la vía principal de Apamea. Se alineó a lo largo del eje norte-sur, en una línea
recta sin interrupción durante casi 2 kilómetros. Varios edificios importantes
se agruparon a su alrededor, incluyendo los baños, el ágora, el templo de
Tiqué (la Fortuna romana), el ninfeo, la basilica. Las columnas tienen 9 metros
de altura y la calle una anchura de 6,15 metros.
Dos vistas del cardo maximus y su entorno. A la izquierda, tal como se encontraba el 20 de julio de 2011; a la
derecha, 2 de mayo de 2014, cientos de agujeros excavados por los saqueadores
utilizando todo tipo de herramientas de mano y maquinaria pesada.
La
mayoría de los esfuerzos para evaluar el impacto de la guerra en Siria en el
patrimonio cultural del país son difíciles de valorar debido a una
información muy politizada y a una ausencia total de pruebas. Un reciente
estudio de la revista Near Eastern Archaeology documenta
el daño ocasionado en más de 1.200 sitios
arqueológicos a través de imágenes de satétile obtenidas en alta
resolución. El análisis cuantifica el alcance y la gravedad del saqueo. Los
resultados sugieren que más del 25% de los sitios arqueológicos de Siria se han
visto afectados desde que comenzó la guerra, pero la frecuencia y la gravedad
del saqueo varía significativamente entre las distintas zonas controladas por
las diferentes facciones. La antigua ciudad de Apamea, es uno de los sitios más devastados por los buscadores de
tesoros. El saqueo parece haber tenido lugar mientras fue ocupada por las
fuerzas del régimen sirio. Las fotografías son elocuentes del daño causado.
4 de abril, 2012
4 de abril, 2012
2 de mayo de 2014
Fuente:
The Atlantic
No hay comentarios:
Publicar un comentario