miércoles, 20 de febrero de 2019

Amor y sensualidad resurgen en las nuevas excavaciones de Pompeya



Narciso, el joven de la mitología grecorromana que se inclinó para beber en una fuente y se enamoró de su propia imagen reflejada en el agua y quedó atrapado por ella, consumiéndose hasta convertirse en la flor del narciso. En el fresco aparecen el joven  Narciso cazador, su perro y Eros con un arco.



Durante los trabajos arqueológicos en una casa ricamente decorada en la Región V de la antigua ciudad romana de Pompeya, se ha encontrado en la parte del atrio de la vivienda, con paredes de vivos colores, un fresco que representa el mito de la belleza de Narciso y que se encuentra en perfecto estado de concentración. En noviembre, las excavaciones sacaron a la luz otro fresco que representa una escena erótica del mito griego de Leda y el cisne.






“La belleza de estas habitaciones, ya evidente desde los primeros descubrimientos, nos ha llevado a modificar el proyecto y continuar la excavación para sacar a la luz el entorno de Leda y el atrio”, explicó la directora del Parque Arqueológico Alfonsina Russo.





En el espacio del sótano, utilizado como almacenamiento, se hallaron una docena de recipientes de vidrio, ocho ánforas y un embudo de bronce. Al lado del pozo donde se regen las aguas pluviales, se descubrió una sítula de bronce, vasija para sacar o contener líquidos.



El fresco de Leda y el cisne representa una escena llena de sensualidad: Leda, esposa del rey Tíndaro, es seducida por Zeus, transformado en cisne, que se posó en ella fingiendo ser perseguido por un águila.


















La antigua ciudad de Pompeya fue destruida en el año 79 por una erupción que mató a más de 2.000 personas. Las ruinas se han convertido en uno de los sitios arqueológicos más visitados del mundo.





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