Murió el último miembro de una tribu indígena que vivía en los bosques del estado de Rondonia, en el noroeste de Brasil, en la frontera con Bolivia. Era el único habitante del Territorio Indígena Tanaru, el resto de su gente había sido masacrada en una serie de ataques desde la década de 1970 en adelante, pero se sabía poco sobre él, ya que se resistió a los intentos de contactarlo. Conocido como ‘El hombre del agujero’ por su hábito de construir agujeros profundos para esconderse, se resistió a cualquier intento de contacto con el mundo exterior. Sin embargo, sus actividades fueron seguidas con discreción por la Fundação Nacional do Índio (FUNAI).
El cuerpo del hombre, cuyo nombre nadie sabe, fue encontrado muerto el 23 de agosto. Se cree que tenía unos 60 años y murió por causas naturales. En
2018, miembros de FUNAI lograron filmarlo golpeando un árbol con lo que parecía
un hacha rudimentaria. No se le había visto desde entonces.
El Observatorio para los Derechos Humanos de los Pueblos No
Contactados y recientemente contactados, ha pedido que la reserva de Tanaru sea
protegida permanentemente como un monumento al genocidio indígena.
Fuente: .survival
No hay comentarios:
Publicar un comentario