Gracias a que el pantano de Sierra Boyera, (Belmez,
Córdoba), se encuentra bajo mínimos por la pertinaz sequía, salen a la luz los
restos de un oppidun íbero. El asentamiento estuvo habitado en torno al
siglo VI y II antes de Cristo. Desde 2017 se han realizado cuatro compañas con
carácter urgente para evitar la fuerte erosión sobre el yacimiento debido a los
cambios en el nivel del agua
El molino rotatorio con los niveles de destrucción asociados.
Dialnet |
La estructura del horno metalúrgico. Dialnet |
Los arqueólogos destacan una estancia donde hallaron un molino rotatorio de encaje en una peana y un horno dedicado a algún tipo de producción metalúrgica. Se trata de una estructura de adobe de forma circular irregular de dos metros de diámetro, que en su centro contaba con un pilar central siguiendo la tradición púnico-fenicia y en cuyo interior se han recuperado hasta siete kilos de escorias metalúrgicas y adobes escorificados.
Esta última campaña ha dado una sorpresa: una cerámica -de forma
triangular y dos caras- con dos guerreros en relieve en perfecto estado. Con
sus cascos, sus escudos ovalados y sus espadas íberas (falcatas) bien
definidas, mientras practican una lucha ritual incruenta, sin ánimo de matarse.
Se ha desenterrado también otra cerámica de la misma factura con un tercer
guerrero tirando una lanza, de una sola cara.
“Son piezas muy sugestivas y singulares, no conocemos
representaciones así en molde porque representan monomaquias de sociedades
prerromanas de componente ritual, sin carácter violento, a primera sangre. Es
realmente interesante. El objeto se diseñó para transmitir esa simbología de la
monomaquia, no es solo el dibujo y la técnica”, explica el arqueólogo José
Carlos Coria.
Fuentes: Dialnet, eldiadecordoba, elpais
No hay comentarios:
Publicar un comentario