viernes, 16 de diciembre de 2022

Las protestas en Irán

 

La caída del hiyab es la caída de la bandera de la República Islámica”, dijo Hossein Jatali, clérigo aliado del ayatolá Jamenei y miembro de la Comisión de Cultura del Parlamento iraní. Jamenei sabe que anular la obligatoriedad del hiyab abrirá la puerta a la libertad, y que muchos iraníes lo interpretarán como una señal de vulnerabilidad, no como un acto de magnanimidad. Reuters


Las protestas en Irán, que ya van por su tercer mes, son una batalla por el cambio frente a un régimen envejecido y aislado, decidido a mantener su poder y con 43 años de barbarie a sus espaldas. Estas comenzaron a raíz de la muerte, el 16 de septiembre, de una iraní de origen kurdo de 22 años, Mahsa Amini, tras ser detenida por la policía de la moral por infringir presuntamente las normas sobre el hiyab.


Aunque la oposición iraní no está armada, ni organizada, ni tiene ningún líder, las protestas continúan a pesar de la violenta represión emprendida por el régimen. Hasta la fecha han detenido a más de 18.000 manifestantes, han matado a más de 475, sentenciados a muerte a otros 11 y ejecutados en público a dos hombres en la horca. Pero en vez de disuadir a los manifestantes, sus muertes han dado lugar a ceremonias de duelo que perpetúan las protestas.

Como muchos regímenes autocráticos, la República Islámica ha gobernado desde hace mucho tiempo a través del miedo, pero hay crecientes indicios de que el miedo se está disipando. La pregunta ya no es si esto sucederá, sino cuándo. La historia nos ha enseñado que existe una relación indirectamente proporcional entre la valentía de una oposición y la determinación de un régimen, y que el colapso del autoritarismo a menudo pasa de ser inconcebible a ser inevitable en cuestión de días.

El sociólogo Charles Kurzman escribió en su obra, The Unthinkable Revolution in Iran, que la paradoja de los movimientos revolucionarios es que no son viables hasta que consiguen el apoyo de una masa crítica; pero que, para conseguir el apoyo de una masa crítica, tienen que ser percibidos como viables. El movimiento de protesta no ha alcanzado aún ese punto de inflexión, pero hay abundantes indicios de que una masa crítica de la sociedad iraní tiene dudas sobre la futura viabilidad del régimen.

 

Fuente: nytimes


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