El enorme motor
siderúrgico de China, decidido a no bajar de revoluciones pese al enfriamiento
de la economía, está inundando el mundo de exportaciones baratas, haciendo que
los productores en todo el mundo soliciten la protección de sus gobiernos ante
la caída de los precios.
China produce la
misma cantidad de acero que el resto del mundo: más de cuatro veces el máximo
de producción alcanzado por EE. UU. en los años 70. No obstante, conforme el
crecimiento chino pierde fuerza, el acero que no consume termina en otros
países. Muchas siderúrgicas chinas son estatales o tienen lazos cercanos con
los gobiernos locales, por lo que es poco probable que los fabricantes de acero
cierren o recorten la producción aunque arrojen pérdidas.
Los fabricantes
chinos, con sus grandes volúmenes de acero barato, afrontan acusaciones de dumping, vender por debajo del costo de
producción para ganar participación de mercado. Es un círculo vicioso: entre
los que producen, los que venden y los que compran, y entre la superproducción y
la caída de los precios.
Fuentes: Wall Street Journal, Expansión
Fotos: Kevin
Frayer (Repubblica)
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