Nadia Murad y Lamiya Aji
Bashar, ataviadas con el traje típico de su comunidad, galardonadas con el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia en su edición de 2016. EFE
“Si el mundo no
es capaz de protegernos en nuestra tierra, invito a los europeos a abrir
las puertas para dar cobijo a 500.000 yazidíes, y organizar un
movimiento migratorio como ocurrió tras el Holocausto. No podemos seguir siendo
el combustible del genocidio y la esclavitud. También hay que establecer un
sistema a nivel local e internacional para juzgar a los que cometen estos
crímenes”, dijo Nadia Murad.
Nadia Murad
Basee Taha y Lamiya Aji Bashar son supervivientes del cautiverio del Dáesh, en
el que fueron utilizadas como esclavas sexuales, y son hoy, tras su huida,
portavoces de las mujeres víctimas de la campaña de violencia sexual del Dáesh.
Ambas son defensoras públicas de la comunidad yazidí de Irak, una minoría
religiosa sometida a una campaña genocida por parte del Dáesh.
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