La reparación muscular en
ratones de edad avanzada con deficiencias (izquierda), en comparación con la
mejora de la regeneración muscular observada después de la reprogramación
(derecha). Instituto Salk
Los científicos
del Instituto Salk, en La Jolla, California,
dirgidos por Juan Carlos Izpisúa Belmonte, han demostrado que el envejecimiento
no es un proceso que vaya en una sola dirección, sino que tiene plasticidad, y
con una modulación meticulosa, puede revertirse.
Las técnicas
genéticas utilizadas no se prestan para su uso inmediato en los seres humanos debido
a la complejidad del envejecimiento, por lo que los ensayos clínicos pueden
tardar hasta 10 años. Sin embargo, el descubrimiento plantea la posibilidad de
un nuevo enfoque respecto a la asistencia sanitaria en el envejecimiento, que sería tratado como tal, en lugar de las diversas enfermedades asociadas con
la vejez.
Los roedores
tratados con este procedimiento parecían más jóvenes; su función cardiovascular
(entre otras) había mejorado y vivían un 30% más que los ratones no tratados.
Además, los animales mostraban una recuperación celular de la afectación
causada por la progeria y, también, de la causada por el envejecimiento
normal."Obviamente, los ratones no son humanos, y sabemos que es mucho más
complejo rejuvenecer a una persona", dice el Dr. Izpisúa, "pero este
estudio muestra que el envejecimiento es un proceso dinámico y, por lo tanto,
será más accesible de lo que creíamos previamente poder realizar intervenciones
terapéuticas".
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