El violinista iraquí Ameen
Mukdad llevó a cabo un pequeño concierto en medio de las ruinas de la mezquita
del profeta Yunus o la tumba de Jonás, un lugar venerado por musulmanes y cristianos
en la ciudad de Mosul, para simbolizar la unidad.
Cuando en 2014
el Daesh tomó el control de la ciudad de Mosul, la música fue prohibida de
inmediato porque se consideraba una violación de su interpretación de la línea
dura del Islam sunita. Los milicianos irrumpieron en su casa y confiscaron
todos sus instrumentos musicales, viéndose obligado a huir. Ahora que el
ejército iraquí ha recuperado el control de la zona, Ameen decidió regresar a su ciudad natal
mediante la realización de un pequeño concierto. Congregó a unos pocos
curiosos. "A la gente siempre le ha gustado la música, pero tienen miedo
de reconocerlo porque supone oponerse al Daesh y eso conlleva el riesgo de
morir", dijo el músico.
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"Quiero aprovechar esta
oportunidad para enviar un mensaje al mundo, para protestar contra el
terrorismo y contra cualquier ideología que restrinja la liberad. La música es
una cosa hermosa y, todo lo que se le oponga, es necesariamente malo", declaró
Mukdad.
Fuente: Reuters, The Guardian
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