La ciudad de Beichuán se conserva tal como quedó tras el terremoto sufrido el 12 de mayo de 2008, como recuerdo a las personas que perdieron la vida. Para mantenerla, la ciudad gasta cada año 3,2 millones de
dólares. Johannes Eisele
El 12 de mayo de
2008 un terremoto de 8 grados de
magnitud golpeó la provincia china de Sichuán. No fue el mayor de la historia,
pero el impacto no sólo se hizo sentir por el alto número de víctimas y
pérdidas económicas, sino también por la gran cantidad de personas que dejó
afectadas. Fue el más mortífero que azotó a China desde el de Tangshan en 1976, que causó la muerte de al menos 240.000
personas entre el millón de habitantes de la ciudad. El área de la ciudad de Beichuán bajo la cual se ubicó el
epicentro fue destruida casi por completo y las sacudidas llegaron a sentirse
en Pekín, Shangái, a 1.500 km, y en los países cercanos.
La destruida Escuela Intermedia Xuankou,
en Yingxiu, hoy convertida en un memorial del seísmo. En la imagen, ceremonia con un minuto
de silencio para recordarlo el 12 de mayo de 2018. Esta ciudad fue reconstruida una década
después; ahora el turismo es una fuente de ingresos para sus habitantes. AFP
Una estatua en el patio de una escuela de Beichuán, 4 de abril de 2018, Jason Lee
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Un aula del centro de enseñanza vocacional de Beichuán, 6 de abril de 2018. Jason Lee
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Sichuan tiene una
superficie de 485.000 kilómetros cuadrados y es la tercera región más poblada
de China, con más de 80 millones de habitantes. El terremoto tuvo un gran
impacto en la opinión pública china, no solo por el gran número de muertes sino
también porque muchos de ellos eran niños. Ocurrió a las 2:28 p. m., hora
local, mientras niños y jóvenes estaban en los colegios y universidades, y los
empleados en sus trabajos. Según cifras oficiales, al menos cinco mil
estudiantes murieron como resultado del terremoto por el colapso de los
edificios en los que estaban ubicados.
Condado
de Beichuán, 5 de abril de 2018. Jason Lee
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Condado
de Beichuán, 5 de abril de 2018. Jason Lee
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Condado
de Beichuán, 29 de mazo de 2018. Wang He
Condado
de Beichuán, 28 de marzo de 2018. Wang He
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Condado
de Beichuán,
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El terremoto
ocurrió tres meses antes de las Olimpiadas de Pekín. Probablemente por esta
razón el gobierno chino aceptó la ayuda de organizaciones internacionales para
los afectados. Más tarde, sin embargo, cuando se hablaba de los problemas
estructurales de los edificios colapsados y el número de niños y adolescentes
muertos, el gobierno chino tuvo una reacción contraria. Muchos activistas
que habían intentado ayudar a las familias de los muertos a denunciar a los
responsables de la mala calidad de los edificios fueron arrestados y las
protestas fueron reprimidas.
La versión oficial
achacó la magnitud del terremoto como la principal causa de los daños en los
edificios. No hubo juicio alguno para determinar responsabilidades ni
investigación sobre la calidad y bajo coste de los materiales de construcción.
Después del terremoto las reglas de construcción fueron revisadas y
endurecidas. Diez años más tarde, en el condado de Beichuán, la mayoría de los
supervivientes han sido reubicados en nuevas viviendas, que se construyeron a
unos 30 kilómetros de las ruinas que aún permanecen en su lugar y que la
naturaleza reclama lentamente. Las autoridades locales desean por ahora
mantenerlo así.
Beichuán, 6 de abril de 2018. Jason Lee
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Beichuán, 24 de abril de 2018. Johannes Eisele
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Ariba, 27
de mayo de 2008. Liu Jin. Abajo, 24
de abril de 2018. Johannes Eisele
La nueva ciudad, a 30 kilómetros de la vieja. Johannes Eisele
Fotos: theatlantic,
infobae
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