jueves, 5 de noviembre de 2020

Las mujeres prehistóricas también cazaban grandes animales

 

Ilustración de una cazadora de hace 9.000 años en el altiplano andino del Perú. 
Matthew Verdolivo/UC Davis

 

La “hipótesis del hombre cazador” sostenía que durante el curso de la evolución humana, los hombres cazaban y las mujeres se reunían, y rara vez cambiaban esos roles de género. Sin embargo, la tumba de una cazadora de hace 9.000 años en los Andes peruanos revela una historia diferente, según una nueva investigación realizada por la Universidad de California en Davis.

El enterramiento fue descubierto en el año 2018 durante las excavaciones en el sitio arqueológico de Wilamaya Patjxa, a 3.925 metros de altitud. El cuerpo correspondía a una mujer joven, probablemente de 17 a 19 años, rodeada de un conjunto de herramientas de caza con puntas de proyectiles de piedra y herramientas de procesamiento de animales.  


Excavaciones en el sitio de Wilamaya Patjxa en Perú. Randy Haas


Este descubrimiento llevó a los investigadores a observar los registros publicados de entierros de más de 8.000 años en América del Norte y del Sur, identificando 429 individuos de 107 sitios. De ellos, 27 individuos estaban asociados con herramientas de caza mayor: 11 eran mujeres y 15 eran hombres. La muestra fue suficiente para "garantizar la conclusión de que la participación femenina en la caza mayor temprana probablemente no fue trivial", dijeron los investigadores.

El análisis estadístico muestra que entre el 30 y el 50 por ciento de los cazadores en estas poblaciones eran mujeres, según el estudio. Este nivel de participación contrasta fuertemente con los cazadores-recolectores e incluso con las sociedades agrícolas y capitalistas, donde la caza es una actividad decididamente masculina con bajos niveles de participación femenina, ciertamente por debajo del 30 por ciento, aclara Randy Haas, autor principal del estudio publicado en la revista Science Advance.

"La caza comunitaria habría fomentado las contribuciones de mujeres, hombres y niños, ya sea conduciendo o enviando animales grandes. Además, la principal tecnología de caza de la época, el átlatl o lanzador de armas, habría fomentado una amplia participación en la caza mayor", aseguran los investigadores, argumentando que en aquellas sociedades daban valor para cazar a quien tuviera más habilidad sin pensar tanto en si era hombre o mujer.

 

Esta imagen muestra las herramientas encontradas junto a ella, incluidas puntas de proyectil (1 a 7), escamas no modificadas (8 a 10), escamas retocadas (11 a 13), un posible cuchillo con empuñadura (14), raspadores pequeños (15 y 16), raspadores/picadores (17 a 19), piedras bruñidoras (17, 20 y 21) y nódulos ocres y rojos (22 a 24). Randy Haas/UC Davis


nytimes


Fuentes: ucdavis, sciencemag



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