domingo, 17 de octubre de 2010

Oriente es Oriente y Occidente es Occidente





Afganistán desde el cielo está lleno de sorpresas. Pasa del amarillo incandescente del desierto a las nevadas cumbres. Justo ahí, a la sombra del Himalaya, están las montañas Hindu Kush, una barrera de 800 kilómetros  que separa Afganistán y Paquistán, encerrando valles, ríos, pueblos y mundos, donde los ejércitos han luchado durante tres mil años sembrándolas de tumbas atemporales. Una frontera de la que Kipling dijo: “Oriente es Oriente y Occidente es Occidente, y nunca se encontrarán”. Así ha sido siempre el Hindu Kush.






Franco Pagetti que ha estado en Afganistán en cuatro ocasiones, desde la llegada de los talibán hasta esta última guerra fotografiando sus vivencias entre la población y los soldados americanos, decidió a finales de 2009 cambiar de perspectiva y hacer del paisaje su testimonio. Volando con los helicópteros y aviones miliares sobre los valles y picos de más de siete mil metros, los glaciares y desiertos, espacios vírgenes sin cicatrices de la cruenta guerra que está sufriendo el país.

















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