El kilogramo ya no pesa 1.000 gramos, ha perdido 50 microgramos, el tamaño de un grano de arena, en los últimos 100 años. El prototipo es un cilindro de platino e iridio que se encuentra bajo 3 campanas en atmósferas totalmente controladas para evitar que no se altere su perfecto equilibrio. Se conserva en la Oficina Internacional de Pesas y Medidas (BIPM), en Francia.
Los expertos estudian una definición que pueda trascender al objeto físico que le da la medida, tal como hicieron con el metro, definido ahora por la velocidad de la luz. El objetivo es redefinir todas las unidades básicas -masa, distancia, tiempo, etc.- con valores estables y universales.
Fuente: Discover Magazine
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