Impresión del cuerpo del insecto sobre la roca, publicado en la revista 'Proceedings of National Academy of Science (PNAS)'.
Científicos de la Universidad de Tufs (EE.UU.) han localizado en el yacimiento de Wamsutta, al sur de de Massachusetts, el rastro dejado en el fango por un pequeño insecto hace unos 310 millones de años que se quedó pegado al barro, pero que logró escapar. El cuerpo tiene 36 milímetros de longitud y las alas sólo se ven en parte y muy levemente. Se trataría de la más antigua huella encontrada de un ser vivo volador.
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