Una de las medidas más esperadas de las reformas aprobadas en el Congreso del Partido Comunista celebrado el pasado abril ha abierto el mercado del automóvil en la isla, cerrado durante medio siglo, permitiendo a los cubanos renovar su parque automovilístico.
Hasta ahora, sólo se podían comprar y vender modelos de antes del triunfo de la revolución en 1959, casi todos de fabricación estadounidense. Gracias a la autorización, podrán tener hasta dos coches. La medida es una de los más importantes entre las 300 tomadas durante el Congreso, que marca el advenimiento de la nueva línea del Gobierno que preside Raúl Castro.
Fuentes: The Guardian, La Repubblica
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