Sería lo contrario a un rascacielos. El proyecto diseñado por el estudio Bunker Arquitectura consiste en una gran torre cónica de 65 pisos de 300 metros de profundidad que se construiría debajo de la plaza del Zócalo, una de las más grandes del mundo con sus 57.600 metros cuadrados y en donde se encuentran la catedral, el Palacio Nacional y las sedes del Gobierno del Distrito Federal. La seguridad en caso de movimientos sísmicos parece estar garantizada, ya que la forma de cuña que posee el diseño soportaría bien las presiones laterales.
La estructura está diseñada en 775.000 metros cuadrados, con un vacío central que permitirá que la luz solar llegue a todas las plantas. Los diez primeros pisos estarían destinados a albergar un museo y un centro cultural dedicado a los aztecas y a los mayas. Debajo habrá espacio para tiendas, áreas residenciales y, por último, a gran profundidad, para las empresas. Según el director del estudio de arquitectura, se trata “de un enorme pastel de muchas capas: una metrópoli moderna edificada sobre los cimientos de una ciudad colonial que fue erigida en la cima de antiguas pirámides que se construyeron sobre un lago”.
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