jueves, 17 de noviembre de 2011

El secreto de la cúpula de Florencia desvelado





El arquitecto italiano Massimo Ricci ha tardado casi cuarenta años en descubrir la técnica que utilizó Filippo Brunelleschi para construir la cúpula de la catedral de Santa María del Fiore de Florencia. Un secreto bien guardado desde que empezaron las obras, en 1425, que escondía el truco gracias al cual se sostiene la estructura.









Brunelleschi dispuso que los obreros colocaran los ladrillos del exterior de una forma distinta a los de la bóveda interna, la que de verdad aguanta el peso de la construcción, para despistar a todos los que, solo mirando desde fuera la cúpula, pensaban tener frente a ellos la técnica adoptada. Así, los ladrillos internos "están colocados en diagonal, como la espina de un pescado, sin utilizar material metálico alguno, como sostuvieron algunos estudiosos en el pasado, sino solo gracias a un sistema de cuerdas que permitía calcular la posición y el ángulo exactos en los que poner cada ladrillo". Para confundir aún más a posibles imitadores, ordenó "marcar el costado de los ladrillos que quedaban en la superficie con un surco, para hacer creer que estaban dispuestos de manera longitudinal en lugar que de lado. Un sistema único y nunca más repetido en la historia".









Ricci y su equipo lograron desvelar el misterio gracias a la tecnología y a una grieta que se abrió en la bóveda. A través de esta fisura pudieron introducir una sonda en el interior de la cúpula. De esta forma, pudieron ver  y desentrañar lo que nunca nadie antes pudo admirar. "Hacer trampas, despistar, confundir las ideas fue un rasgo típico de la personalidad de Brunelleschi. Éste encontraba divertido el hecho de que nadie pudiera dar con su secreto".







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