Una imagen de la 'Biblia de Alba'
Biblias de Sefarad: las vidas cruzadas del texto y sus lectores es el título de la exposición que se puede contemplar en la Biblioteca Nacional hasta el próximo 13 de mayo. Son, sobre todo, biblias que en su mayoría se exhiben por primera vez y que en su origen estaban en las bibliotecas de la comunidad judía hispana. Los judíos llamaban Tanakh a ese conjunto de libros sagrados y fueron los cristianos los que cambiaron el orden de esos libros, les añadieron otros y lo llamaron el Antiguo Testamento.
Según el comisario de la exposición, Javier del Barco, en toda España "hay una veintena de estas biblias judías que se conserven completas y luego hay otras muchas incompletas. Es un número pequeño si se compara con Italia, Inglaterra o Francia. Los ejemplares españoles se han conservado en general bien gracias al coleccionismo, pero buena parte de los que se realizaron en aquella época se conservan fuera”. Hay que tener en cuenta que tras la orden de expulsión de los judíos por los Reyes Católicos, los manuscritos se dispersaron por media Europa, y otros fueron escondidos o requisados en la Península. En todo el mundo, de los manuscritos que vieron la luz en aquel periodo, "solo se ha conservado la décima parte".
La muestra está dividida en ocho secciones en las que se enseña cómo era la vida cultural y religiosa del judaísmo en el territorio al que llamaban Sefarad. En esa vida la Biblia era "el eje central. Entre las joyas de la muestra está la llamada 'Biblia de Alba', que pertenece a la Casa de Alba. "Es un manuscrito excepcional del segundo cuarto del siglo XV que pasó por la Inquisición y por el conde duque de Olivares". La 'Biblia de Alba' es una de las pocas traducciones completas al castellano que se conservan de la Edad Media. La tradujo un judío que trabajó al unísono con dos monjes cristianos.
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