Para estos jureles el tiempo se ha acabado. En cuestión de
minutos todos ellos habrán sido exterminados, comidos por otros predadores más
grandes e ‘inteligentes’ que ellos. Su instinto les dicta que tienen que estar
unidos, formando un grupo compacto para poder desestabilizar a sus enemigos.
Pero esta vez la presión es demasiado grande. Atacados a la vez por delfines y
pardelas cenicientas, no tienen ninguna posibilidad de salir con vida. Esta
impresionante ‘caza’ tiene lugar cada año en las Azores, cuando millones de
animales marinos vienen atraídos por la llegada de los bancos de plancton
desde las profundidades del océano traídos
por las corrientes marinas. Un gran ciclo natural que se renueva cada año.
Fuente: Le Figaro
Foto: Christopher
Swann/Biosphoto
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