El 14 de octubre de 2010, a las 12.25, la ciudad de
Ajka, en la región de Veszprém, Hungría, fue inundada por toneladas de ‘barro rojo’ a causa de la rotura de la presa que contenía los residuos tóxicos de la fábrica de alúmina de la localidad. El
incidente, considerado el mayor desastre ambiental del país, causó decenas de
víctimas –entre ellas, diez muertos-, estimándose los costos de la
indemnización y la reparación de los daños en unos 20 mil millones de florines. La fábrica, que usa una tecnología antigua, ha vuelto a funcionar,
porque en una región empobrecida y sin recursos es una alternativa, aunque se
cuestione su rentabilidad y riesgo.
Hoy en día, una línea roja de hasta dos metros de altura ha dejado patente la
marca del desastre en las casas, árboles y carreteras. El fotógrafo español Palíndromo Mészáros ha documentado a través del proyecto ''The line'' la magnitud de los
daños causados por los lodos. Las fotografías recorren los pueblos de Devecser y
Kolontár, cerca de Ajka, afectados también por las inundaciones.
El proyecto constata que, aunque los afectados denunciaron
los daños y el silencio ocupa el lugar de los titulares, siempre quedará la ‘línea’.
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