domingo, 19 de agosto de 2012

Los tatuajes de la ‘princesa’ de Ukok





Reconstrucción de los tatuajes de un guerrero descubierto a principios del siglo XX en uno de los numerosos túmulos que existen en la meseta de Ukok.  Los dibujos de los tatuajes, tanto estos como los de la 'princesa' han sido hechos por Elena Shumakova, del Instituto de Arqueología y Etnografía del Departamento Siberiano de la Academia de Ciencias de Rusia.



Para conmemorar el traslado definitivo de los restos de la Doncella de Hielo, conocida como la  ‘princesa’ de Ukok por los medios de comunicación, desde el Museo de Arqueología y Etnografía de Novosibirssk, donde se conservaba desde su descubrimiento, al mausoleo especial construido en el Museo Nacional  en la capital Gorno-Altaisk de la República de Altái, se han reconstruido  los tatuajes que tenía la mujer  en sus brazos, desde los hombros hasta las muñecas. También  hay algunos en los dedos de las manos, pero sólo se conservan en su mano izquierda, mientras que sólo quedan fragmentos en la muñeca derecha y el pulgar. Son tatuajes abstractos y complejos muy elaborados a la vez que hermosos, como cualquier diseño moderno, sólo que éstos tienen una antigüedad de 2.500  años.




Reconstrucción de los tatuajes de la princesa de Ukok. Lo más probable es que fuera en el hombro izquierdo  por donde se comenzara a tatuarse, porque todas las momias encontradas con un solo tatuaje, éste está dibujado en ese hombro.



Los tatuajes eran utilizados como medio de identificación personal. Creían que serían de gran ayuda en la otra vida, facilitándoles el reconocimiento de la familia y el clan en el encuentro más allá de la muerte. Las imágenes de los animales  fantásticos y reales que utilizan son el lenguaje con el que expresan algunos pensamientos y creencias, al tiempo que definen su posición tanto social como en el mundo. Cuanto más largo y espacio ocupan en el cuerpo indican tanto la edad como el estado social.




El tatuaje de un animal fantástico en el hombro de la ‘princesa’ y el dibujo del mismo.



Los restos momificados de la ‘princesa’ de Ukok fueron descubiertos en 1993 en un túmulo funerario situado en la meseta de Ukok, cerca de las fronteras de Mongolia, China y Kazajstán, por un equipo dirigido por Natalia Polosmak, del  Instituto Ruso de Arqueología y Etnografía. Pertenecía a la cultura Pazyryk  que prosperó entre el sexto y segundo siglos antes de Cristo en la estepa siberiana, a su vez relacionada con otros pueblos de pastores semi-nomadas que se extendían desde las tierras de los escitas, al norte del mar Negro hasta la meseta de Ukok. Lo importante de los entierros de la cultura Pazyryk es que se hicieron todos en el permafrost, lo que fue clave para su conservación.







 Dibujo del tatuaje en el hombro de un guerrero.  Abajo, el tatuaje como se ve ahora, miles de años después de que se hiciera.



El hallazgo correspondía al cuerpo de una mujer de unos 25 años de edad que vivió en el siglo V a. de C., y  cuya muerte fue por causas desconocidas. Ella pudo haber tenido el elevado estatus de una sacerdotisa en su comunidad en base a los elementos encontrados en el túmulo. Su cuerpo momificado estaba relleno de raíces y hierbas, llevaba la cabeza  afeitada cubriéndola una peluca de pelo de caballo. Se encontraba  acostada sobre el lado derecho, ligeramente flexionadas las rodillas y las manos cruzadas  sobre el vientre dentro de un tronco de alerce hueco  con la parte superior cerrada con clavos de bronce. El cuerpo lo cubría una camisa larga de seda, llevaba una falda de lana con un cinturón de borlas y altas polainas de fieltro. Junto a ella había seis esqueletos de caballos con sus arneses y sillas de  montar, además de otros objetos como un pequeño espejo de metal pulido.







Mano de la ‘princesa’ de Ukok con tatuajes en los dedos y, a continuación, los dibujos de los tatuajes. Para las gentes de Altai ella representa a sus ancestros y la conocen como la princesa kadyn o Kydyn. El tatuaje de su brazo oculta  una información que todavía no ha sido desvelada. Creen que la mujer era una sacerdotisa y que falleció voluntariamente para proteger a la Tierra de los malos espíritus.





Para la reconstrucción del busto  de la Doncella de Hielo se ha tenido en cuenta su cráneo, junto con las medidas tomadas de la cabeza, rasgos faciales y el grosor de la piel de los actuales habitantes de Altai. La escultura que lo recreó se llama Tanya Balueva











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