Maxim Shemetov
Madre de dios, virgen, ¡líbranos de Putin!, ¡líbranos de Putin! ¡líbranos de Putin!
¡Negra sotana, hombreras doradas!
Todos los niños del cura se arrastran para hacer una
reverencia
El fantasma de la libertad en el cielo
Los homosexuales se envían encadenados a Siberia
El líder del KGB es vuestra más alta Santidad
Encierra en prisión a los manifestantes.
Para no disgustar a los santos
Las mujeres deben parir y amar
¡Basura de dios, basura, basura! ¡Basura de dios, basura, basura!
Madre de dios, virgen, ¡hazte feminista, hazte feminista, hazte feminista!
El fantasma de la libertad en el cielo
Los homosexuales se envían encadenados a Siberia
El líder del KGB es vuestra más alta Santidad
Encierra en prisión a los manifestantes.
Para no disgustar a los santos
Las mujeres deben parir y amar
¡Basura de dios, basura, basura! ¡Basura de dios, basura, basura!
Madre de dios, virgen, ¡hazte feminista, hazte feminista, hazte feminista!
Alabanza eclesiástica al líder podrido, cruzada de limusinas
negras.
A la escuela viene el cura, ve a clase, llévale dinero
El patriarca cree en Putin. Mejor debería, perro, creer en dios
El cinturón de la sagrada virgen no impide las manifestaciones.
La virgen María está con nosotros en las protestas!
Madre de dios, virgen, ¡líbranos de Putin! ¡líbranos de Putin! ¡líbranos de Putin!
A la escuela viene el cura, ve a clase, llévale dinero
El patriarca cree en Putin. Mejor debería, perro, creer en dios
El cinturón de la sagrada virgen no impide las manifestaciones.
La virgen María está con nosotros en las protestas!
Madre de dios, virgen, ¡líbranos de Putin! ¡líbranos de Putin! ¡líbranos de Putin!
Las Pussy Riot (Nadezhda Tolokonnikova, Maria Alyokhina y
Yekaterina Samutsevich) son halladas culpables de "gamberrismo motivado
por odio religioso". Sergei Karpukhin
La dureza con la que una jueza de Moscú castigó el pasado viernes
a tres integrantes del grupo Pussy Riot —dos años de cárcel por un breve
espectáculo irreverente en la catedral de Cristo Redentor— muestra que la
corriente de intolerancia y nacionalismo está en alza en Rusia. Para los
sectores liberales que se han solidarizado con María Aliójina, Yekaterina
Samutsévich y Nadia Tolokónnikova, la sentencia de prisión por “gamberrismo”
impuesta a todas ellas revela una alianza entre las autoridades políticas y los
sectores conservadores que se aglutinan en torno a la Iglesia Ortodoxa. Rusia
es formalmente un Estado laico, pero la Ortodoxia se ve a sí misma —y es vista también
desde el Kremlin— como uno de los pilares que sustentan la integridad nacional.
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