viernes, 24 de agosto de 2012

Y la ballena salió a comer






El sábado, 18 de agosto, kayakistas y navegantes de todo tipo aguardaban al lado de la playa de San Luis Obispo, California, con la vista puesta en el horizonte para capturar con sus cámaras a una manada de ballenas jorobadas que se alimentaban en aguas poco profundas de los ricos bancos de sardinas, rodeadas a su vez de cientos de pelícanos y gaviotas que atraídas por la comida, se zambullían en el agua para emerger de nuevo y volar con su trofeo.






En la  espera para que salieran a la superficie del océano, una ballena emergió inesperadamente con su enorme boca abierta en medio de la sorpresa general. Sin tener en cuenta  las normas federales  que advierten que los observadores  deben estar a menos de 100 metros  de las ballenas o arriesgarse a ser multados con 50.000 dólares, decenas de temerarios espectadores  se reunieron alrededor del cetáceo; algunos se atrevieron a aventurarse tan sólo a unos metros de distancia del gigante.






El fotógrafo aficionado Bill Bouton, ex profesor de biología, que regresaba de una frustrada excursión fotográfica de aves, se encontró con el espectáculo y no dudó en recogerlo con su cámara. Dice que en los 35 años que ha estado tomando fotos de animales, principalmente aves, nunca ha tomado una foto tan sorprendente. La ballena estuvo más de una hora rodeada de gaviotas, pelícanos y curiosos. Las ballenas jorobadas estuvieron al menos dos días alimentándose en aquellas aguas poco profundas y abrigadas, atrayendo gran cantidad de curiosos para observarlas.








Fuente: on Today
Bill Bouton: fotogalería general




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