viernes, 1 de febrero de 2013

Grande Hotel Beira








Gianluigi Guercia

El antiguo hotel de lujo Grande Hotel Beira se ha hecho famoso por ser el edificio que alberga la mayor comunidad de ‘okupas’ más grande del mundo.



El Grande Hotel, inaugurado en 1955 durante la colonización portuguesa en la ciudad de Beira,Mozambique, fue considerado como el  hotel más grande y exquisito del continente. Tenía una superficie de 21.000 metros cuadrados, más de 130 habitaciones, una piscina olímpica, varios restaurantes y salones de baile, fue el destino turístico, sobre todo, de los vecinos blancos de la antigua Rodesia. Sin embargo, el coste de su gestión fue insostenible, nunca fue rentable, cerrándose en 1963. 


  

Héctor Mediavilla


 

Carlos Litulo




 Héctor Mediavilla




Tras su cierre, el hotel siguió las vicisitudes del país. En 1964 empezaron los años de lucha por la independencia contra Portugal, a la que accedió en 1975, que fue seguida por una guerra civil que asoló el país y que se prolongó hasta 1992. En ese tiempo, el hotel  lo ocuparon los militares que lucharon contra Portugal, que utilizaron los sótanos como prisión de los opositores políticos y las habitaciones como viviendas para sus familias. Cuando se fueron éstos, llegaron los refugiados de la guerra civil  que se quedaron y, luego, sus descendientes y, más tarde, las gentes con bajos ingresos que provenían del norte del país. La falta de trabajo y dinero les obliga a permanecer en el destartalado edificio como ocupantes ilegales. 




 Héctor Mediavilla




Héctor Mediavilla




 Héctor Mediavilla



 
Héctor Mediavilla



Hoy en día, se estima un número variable entre 2.500 y 6.000 las personas que viven en las ruinas de este majestuoso hotel, sin agua corriente ni electricidad, con partes de su estructura derruidas. Un edificio que ha sido despojado sin compasión de cualquier elemento que pudiera ser vendido: los lujosos ascensores de hierro forjado, las puertas y ventana, tuberías y cables,  el mármol y los azulejos de los baños, los suelos de madera, lavabos y bañeras, todo lo que sirviera para obtener algo de dinero. Algunos de los habitantes trabajan en Beira, pero la mayoría pasan todo su tiempo en la gigantesca estructura, donde se desarrollan todo tipo de actividades económicas más o menos legales. Los vecinos tratan de mantener un mecanismo de autogestión del recinto, aunque sigue siendo un lugar potencialmente peligroso.



  
 Gianluigi Guercia
 



 Héctor Mediavilla




 Vlad Sokhin

Como escribe Héctor Mediavilla, el Grande Hotel recuerda la megalomanía de un pasado colonial, los sueños fallidos del proceso de independencia  y la necesidad básica de una casa para cada ser humano.













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