Neha, de sólo 10 años de edad, junto con su
abuela. Juntas sonríen a la cámara como si no pasara nada. Sin embargo, la
pequeña está cubierta con un velo blanco. En una foto anexa muestra lo que
oculta bajo la tela: una gran cicatriz en forma de mariposa en la espalda, que
no es otra cosa que una enorme quemadura.
En septiembre de 2012, el fotógrafo Christopher Thomas acompañó
a la organización Women for Women a la India y asistió al tratamiento de
docenas de mujeres que son sometidas a operaciones de cirugía plástica de
forma gratuita, tratando de paliar los efectos de las quemaduras. Se trata de
un proyecto en colaboración con esta organización de ayuda de la
Sociedad Internacional de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (IPRAS), que
ha tratado ya a unas 800 mujeres víctimas de quemaduras. Ahora, una selección
representativa de 26 imágenes se exponen en la Bernheimer Galerie de Múnich. El
objetivo, además de recaudar fondos para continuar con las operaciones, es informar
y sensibilizar sobre la violencia contra la mujer y el papel de ésta en la
sociedad india.
Sunia, de 35 años, con las manos cruzadas ante su
pecho desnudo. "Después de la muerte de sus padres su tía le exigió que
trabajara como prostituta. Cuando se negó, la quemó. Entonces tenía 15 años de
edad".
Shanti, de 78 años. De joven la quemó su suegra. Si
un hombre no recibe una dote por parte de sus suegros cuando se produce el
enlace, se suele quemar a las mujeres en forma de respuesta.
Cada retrato encierra una impactante historia. La sensibilidad, la habilidad compositiva y la iluminación crean imágenes poderosas y conmovedoras que atraen al espectador. Los retratos muestran el increíble sufrimiento y la asombrosa capacidad para sufrirlo, pero también la fuerza admirable y la dignidad que transmiten.
Fuente: Ira Stehmann, El Mundo
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