martes, 27 de mayo de 2014

Los gurung, recolectores de miel
















En Nepal, en la vertiente occidental de la cordillera del Himalaya, los hombres de la etnia gurung dos veces al año practican una antigua tradición, fascinante y peligrosa al mismo tiempo: la recolección de miel silvestre. Antes de comenzar, realizan una ceremonia para aplacar a los dioses de los acantilados. Esto implica sacrificar una oveja y ofrecer flores, frutas y arroz, y rezar a los dioses para asegurar una cosecha segura. 
















La mayoría de las colmenas se encuentran en acantilados inaccesibles para evitar a los depredadores y orientados al suroeste para tener una buena  exposición al sol. Los gurung han arriesgado sus vidas para cosechar la miel de abeja más grande del mundo durante cientos de años, consiguiendo una habilidad y precisión, que va pasando de generación en generación, para la práctica de esta antigua y sagrada tradición, para la que utilizan siempre los mismos métodos y herramientas. 
















Una vez que el humo provoca que las abejas salgan del acantilado, los recolectores, sin ningún tipo de protección, suspendidos en el aire en precarias escaleras de cuerda, de hasta 70 metros de altura,  valiéndose de un cuchillo para cortar y de una larga caña de bambú afilada llamada 'tango', pinchan las colmenas, y la preciada miel se vierte en los cestos colocados previamente bajo aquellas.
















El fotógrafo AndrewNewey el pasado año vivió durante un largo tiempo en una aldea de la montaña nepalí para documentar su cultura y asistir a la cosecha de miel de otoño. Esta se retrasó más de lo esperado debido a la disminución de la población de abejas como consecuencia del cambio climático y la creciente demanda (Japón, Corea y China) de este tipo de miel rara. Si las abejas siguen disminuyendo y no hay una intervención, la cosecha de miel podría ser pronto una cosa del pasado.


 



















No hay comentarios:

Publicar un comentario