jueves, 12 de junio de 2014

Vivir con un dólar al día.





Ninankor Gmafu, seis años, es el típico chico de todo el mundo que trabaja para mantener a su familia. Aquí cuidando el ganado bajo la lluvia en la región Volta de Ghana. Sueña con ir a la escuela, pero tiene muy pocas probabilidades.




Algo más de mil millones de personas viven con un dólar al día en el mundo. Aunque las razones de su pobreza varían, las dificultades del día a día son muy similares. La pobreza priva a las personas de los recursos, de las opciones para vivir y el ciclo es casi imposible de romper sin ayuda. 





Alvaro Kalancha Quispe, nueve años, lleva alpacas y llamas a pastar antes de ir a la escuela y las recoge por la tarde. Vive en la cordillera Akamani de Bolivia, a unos 4.000 m sobre el nivel del mar, donde las casas no tienen aislamiento, carecen de camas y no hay electricidad.





Fati, ocho años, trabaja con otros niños buscando materiales reciclables entre los residuos peligrosos que dejan los aparatos electrónicos en un vertedero de Accra, Ghana. Sobre su cabeza lleva en equilibrio el cubo con los materiales recogidos. Las lágrimas son a causa del dolor producido por la malaria.





Hunupa Begum, 13 años, es ciega desde los tres, vive en Nueva Delhi, India. La mendicidad es el único ingreso de su familia; su madre y su hermano están demasiado enfermos para trabajar y su padre murió.



El libro Living on a Dollar a Day, escrito por Thomas A. Nazario, fundador de la organización Forgotten International, cuenta las circunstancias de quienes sobreviven con un dólar o menos al día en todo el mundo. Las historias y fotografías resultantes ofrecen una visión desgarradora de las realidades cotidianas de las personas y familias en situación de pobreza extrema. Las fotografías son de Renée C. Byer, ganadora de un Pulitzer. 

 




 Hora Florin, 28 años, creció en un orfanato rumano y ahora vive bajo una alcantarilla en Bucarest, Rumanía, donde las rejillas de la calefacción lo mantienen caliente por la noche.





 Labone, 27 años, trabaja en un prostíbulo de Jessore, Bangladesh, 
con su hija, que fue engendrada por un cliente.





 Vishal Singh, seis años, cuida a una niña mientras su madre está fuera, en la barriada de Kusum Pahari, en el sur de Delhi, India. Vishal tiene suerte: cuando no está trabajando, puede asistir a una escuela para niños de barrios marginales.

 

'Vivir con un dólar al día' da a los pobres, en gran parte invisibles, un rostro y una voz. En un mundo que se hace cada vez más conectado e interdependiente, los problemas que afectan a una persona con el tiempo nos afectan a todos. Este libro es una poderosa llamada a la acción para todos los que deseen ayudar a aliviar el sufrimiento humano.





Subadra Devi, de 40 años, trabaja en la construcción en Dharamsala, India.





 Ana-Maria Tudor, 4 años de edad, vive en Bucarest, Rumanía. Su padre está muy enfermo para poder trabajar. Están en una habitación, que no tiene baño ni agua corriente.





 Kayayo es el nombre dado a niñas y jóvenes de Ghana que viajan a las ciudades para trabajar como cargadores en el mercado. Viven en comunidad, a menudo cerca o encima de un vertedero. Sharifa Monaro, (centro), 23 años, trabaja largas horas para conseguir 50 centavos de dólar al día.





Fuente: The Guardian





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