Roble en un campo
de fútbol, Orissaare, Saaremaa, Estonia
¿Hay algún lugar en el mundo
donde se pueda encontrar un estadio que tenga un roble en mitad del campo? Para
los habitantes de Orissaare es algo común, pero este árbol está en el corazón
de la comunidad. Antes de 1951 había una pequeña área de deportes al lado del
roble y cuando fue ampliada el árbol terminó en mitad del estadio. Dice la
leyenda que dos tractores estalinistas intentaron arrancarlo del suelo, pero
los cables no paraban de romperse. Todavía tiene marcas de los cables. Los
estudiantes saben cómo usar el árbol para completar pases y ofrece sombra a los
jugadores.
El concurso del
Árbol Europeo del Año se creó en el año 2011 como continuación del concurso
popular Árbol del Año que organizaba la República Checa. Su objetivo es
destacar los árboles viejos como un importante patrimonio natural y cultural
que deberíamos apreciar y proteger. Lo que importa no es la belleza, el tamaño o la edad sino la
historia y la conexión con las personas. Son árboles que se han convertido en
una parte integrante de la comunidad en su sentido más amplio.
El gran platanero
de Tata, Tata, condado de Komárom-Esztergom, Hungría
En las orillas del lago Viejo
de Tata, un plátano ha guardado la puerta del castillo desde hace 230 años.
Junto con otros, el árbol fue traído de Versalles por un miembro de la
familia Esterházy. Si pudiese hablar, el viejo plátano llenaría varios libros
de historias de amistad, amores y artistas inspirados por los grandes plátanos.
El escritor Mátyás Pribojszky escribió la historia del Rey Plátano después de
recuperar sus habilidades escritoras gracias al árbol.
Cada árbol ha
recibido un único voto por persona mediante una votación vinculada con su
correo electrónico, que se realizó a través de la página web del certamen. Las
votaciones se hicieron durante el pasado mes de febrero entre las 14 candidaturas presentadas. El
número total de votos llegó a casi 185 000. El árbol ganador ha sido el roble en un campo de fútbol, de Estonia; el segundo lugar fue para
el gran platanero de Tata, de Hungría; y el tercer lugar se lo
llevó el chopo cabecero del Remolinar, de España.
Chopo cabecero
del Remolinar, Aguilar del Alfambra, Aragón, España
El chopo cabecero es el árbol
del pueblo. Documentos medievales recogen que de estos árboles trasmochos se
obtenía madera, leña y forraje. Eran el trabajo y el escenario de la vida de
los campesinos. Son 4700 los que crecen en Aguilar del Alfambra, posiblemente la
mayor concentración en Europa. En 2009 se celebró la I Fiesta del Chopo
Cabecero, un evento popular único, y este viejo, grande y saludable chopo, fue
escogido como icono de una historia de 800 años. Su origen es el del paisaje de
esta tierra.
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