Cueva de Tounjcica, Tounj
Pit Olimp, parque nacional de
Velebit Norte
En
Croacia se conocen más de 11.500 cuevas y cavernas en la zona continental, en
las islas, debajo del mar, al lado de los ríos, en las montañas. Existen muchos
más lugares en donde no se han realizado ningún reconocimiento espeleológico.
Por eso, se presupone que su número es mucho mayor, porque muchas de ellas no
tienen un acceso natural a la superficie y se descubren casualmente. Así, al
construir las autopistas, puentes, viaductos y túneles han sido descubiertas hasta
ahora 1.000 cavernas.
Pit Punar u Luci Pusto polje,
Gracac
Pit Mandelaja, Ostarije
Pit Lukina jama , parque nacional
de Trojama
Este
mundo subterráneo cárstico está lleno de cavidades sólo accesibles a los
espeleólogos, excepto un pequeño número que están especialmente acondicionadas
para ser visitadas. En ellas viven especies de animales endémicos y se pueden
ver importantes fósiles paleontológicos, como el extinguido oso de las cavernas.
Por el número de cavernas descubiertas e investigadas, Croacia ocupa el primer
lugar en el mundo.
Alta Cerovacka, cueva en el parque
natural de Velebit, Gracac
Pit Olimp, parque nacional de
Velebit Norte
Cueva de Tounjcica, Tounj
Las impresionantes
fotos de Dinko Stopic revelan la
belleza de un mundo oculto a la vez que nos muestran las maravillas de la
exploración de cuevas. Esta no es tarea fácil dado el reto de iluminar
una vasta caverna armado solo con las luces a su espalda. Tomar buenas fotos en
esas condiciones requiere un trabajo en equipo y muchas luces estroboscópicas.
Pit Nis-nis, parque natural de Velebit
Pit Nis-nis, parque natural de Velebit
Alta Cerovacka, cueva en el parque
natural de Velebit, Gracac
La ausencia de luz da al fotógrafo el control total sobre la composición. Stopic
trabaja con al menos dos ayudantes y, si es posible, hasta cuatro. Cada uno
lleva un flash de control remoto. Además de las luces
estroboscópicas, para evitar accidentes, guarda el equipo en una bolsa
enganchada a su cinturón y la cámara (una Canon 5D Mark II, con un F2.8L, 17-35) atada
a su mano. Esto hace que la obtención de una fotografía sea un poco
engorrosa, ya que debe quitarse los guantes, sacar la cámara, montar el
transmisor, ajustarlo, disparar una serie de imágenes y, luego,
revertir el proceso. Un trabajo lento y agotador. El resultado, espectacular.
Stopic comenzó su primera aventura en 1996, cuando un par de amigos lo invitó a una expedición al Velebit, la cordillera más grande de Croacia. Estas montañas tienen profundas cuevas, algunas con las mayores caídas verticales del mundo.
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