jueves, 8 de febrero de 2018

Una extraña araña con cola atrapada en ámbar





Se han encontrado cuatro nuevos especímenes, todos diminutos, de unos 2.5 milímetros de largo, y una cola de casi 3 milímetros. Una vista dorsal de un espécimen completo de ‘Chimerarachne yingi’. Univeridad de Kansas



Una nueva especie de arácnido de hace cien millones de años, similar a una araña con cola de mediados del Cretácico, ha sido descubierta en Myanmar conservada en ámbar. El hallazgo se ha publicado en la revista Nature Ecology & Evolution por un equipo internacional encabezado por Paul Selden, del Instituto de Paleontología y del Departamento de Geología de la Universidad de Kansas (EE. UU.). El propio Selden ya describió un arácnido similar, también con cola, pero que carecía de hileras (los apéndices que dan soporte a las glándulas productoras de seda), pero que tenía más de 300 millones de años de antigüedad. 




"Solo podemos especular que, debido a que estaba atrapada en ámbar, vivía cerca o alrededor de los troncos de los árboles", ha dicho Selden. "El ámbar es resina fosilizada, así que, para que una araña quede atrapada, es posible que haya vivido bajo la corteza o en el musgo junto al árbol". Diying Huang  



El nuevo animal, llamado Chimerarachne yingi por la mítica Quimera griega, criatura mitológica caracterizada por tener un cuerpo compuesto por partes de otros animales, recuerda a una araña porque tiene colmillos, pedipalpos masculinos (unos apéndices situados delante de la boca), ocho patas y órganos productores de seda en la parte posterior, pero, a diferencia de cualquier araña actual, tiene una larga cola o flagelo. Parece una forma intermedia entre las arañas más antiguas (uraraneida), que no habían desarrollado órganos productores de seda, y las arañas modernas que han perdido la cola. En la actualidad, tan solo unos parientes de las arañas, los uropígidos, tienen una anatomía similar.    




Aunque Chimerarachne yingi tenía órganos para producir seda, probablemente no la usaban para tejer telarañas. Las arañas usan estos órganos para producir seda, pero también para otras muchas cosas, como envolver huevos, hacer madrigueras, ‘hamacas’ para dormir o sencillamente dejar un rastro para poder encontrar el camino de regreso. Sin embargo, como todas las arañas, habría sido carnívora y, como tal, comería insectos. Bo Wang/Academia China de Ciencias




El antiguo arácnido puede haber utilizado su cola para detectar 
depredadores y presas. Ilustración: Universidad de Kansas






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