domingo, 23 de diciembre de 2018

El cráter Korolev, un lago de hielo en Marte







La Agencia Espacial Europea ha publicado una fotografía de un gran cráter marciano cubierto con una gruesa capa de hielo. La imagen, una de las mejores y más sugerentes nunca vistas de Marte, se obtuvo al juntar varias fotografías tomadas por la misión Mars Express mientras orbitaba sobre el área. La elaboración de las fotografías ha permitido unirlas y situarlas en la perspectiva correcta, haciendo que la forma del cráter sea más realista. La fotografía muestra el cráter Korolev, que se encuentra en las llanuras del norte de Marte, cerca del polo norte del planeta. 

El cráter Korolev tiene un diámetro de 82 km y casi 2 km de profundidad. Alberga una enorme cantidad de agua helada, que alcanza un espesor de 1,8 km durante todo el año. Esta presencia siempre helada se debe a un fenómeno conocido como "trampa fría". Las partes más profundas del cráter, las que contienen hielo, actúan como una trampa natural para el frío: el aire que se mueve sobre el depósito de hielo se enfría y desciende, creando una capa de aire frío que se encuentra justo encima del hielo. Esta capa de aire frío actúa a modo de escudo y ayuda a que el hielo permanezca estable, evitando que se caliente y desaparezca. Como el aire es mal conductor del calor, este efecto se agudiza y permite que el cráter conserve su hielo.



Esta vista topográfica codificada por colores muestra las alturas relativas del terreno en y alrededor del cráter Korolev. Las partes inferiores de la superficie se muestran en azules y púrpuras, mientras que las regiones de mayor altitud se muestran en blancos, marrones y rojos, como se indica en la escala de la parte superior derecha. El grueso depósito de hielo del cráter se puede ver en el centro de la imagen.



El cráter se llama Korolev en honor a Sergei Korolev, uno de los científicos espaciales más importantes de la entonces Unión Soviética. Diseñó muchos de los sistemas para poner en órbita el primer satélite artificial, el Sputnik 1, en 1957, y para trabajar en las misiones que abrieron el camino para las exploraciones espaciales con humanos, con Yuri Gagarin en 1961. Korolev también estuvo entre los diseñadores de los cohetes Soyuz, el sistema de lanzamiento que todavía se usa para transportar satélites para colocarlos en órbita y vuelos tripulados a la Estación Espacial Internacional.






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