Un equipo de científicos y empresarios han puesto en marcha este
mismo año la empresa Colossal para resucitar genéticamente
al mamut lanudo con híbrido de elefante. "El emblemático proyecto de
desextinción de Colossal será la resurrección del mamut lanudo, o más
específicamente, un elefante resistente al frío con todos los rasgos biológicos
fundamentales del mamut lanudo. Caminará como un mamut lanudo, se verá como uno
de estos animales, bramará como uno de ellos, pero lo más importante será que
podrá habitar el mismo ecosistema previamente abandonado por la extinción del
mamut", indica la compañía en su página web.

Al analizar los genomas de fósiles de mamuts lanudos
recolectados, los científicos elaboraron una lista con las diferencias más destacadas
entre estos animales y los elefantes. Al menos 60 genes son importantes
para determinar los rasgos distintivos de los mamuts, como el pelo, la grasa y
el cráneo claramente abovedado del mamut lanudo.
Los mamuts lanudos modificados genéticamente podrían, en particular, "dar nueva vida a las praderas árticas", que según Colossal capturan dióxido de carbono y eliminan el metano, dos gases de efecto invernadero. Hoy, la tundra está dominada por el musgo. Pero cuando había mamuts lanudos, eran principalmente pastizales. Algunos investigadores han argumentado que los mamuts lanudos eran ingenieros de ecosistemas, que mantenían los pastizales rompiendo el musgo, derribando árboles y proporcionando fertilizantes con sus excrementos.
Desde hace años se arrastra una polémica ético-científica:
la "resurrección" o "desextinción" de especies. sobre
la que de momento existen importantes dudas, tanto desde el campo de la ciencia
como del ambientalismo. La página de Colossal en internet, en cambio, no
hace ninguna mención (o por lo menos, ninguna mención fácilmente accesible) a
las consideraciones éticas sobre la creación de nuevas especies animales, ni
sobre los controles de impacto ambiental exigibles a una propuesta de esta
envergadura, en el caso de que algún día sea haga realidad.
Fuentes: nytimes, lavanguardia
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