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Los arqueólogos han descubierto dos relieves olmecas cincelados en grandes piedras circulares que se cree que representan a los gobernantes locales realizando contorsiones rituales. El hallazgo se realizó en Tenosique, estado de Tabasco, México, y data del horizonte olmeca tardío (900-400 a. C.). La civilización olmeca es conocida por ser la primera gran cultura mesoamericana.
Los relieves, elaborados en roca caliza y con un diámetro
aproximado de 1,40 metros, guardan una iconografía similar: en la parte
superior y rodeada por fauces celestes, destaca una diadema formada por cuatro
mazorcas, y al centro, un espejo con la llamada “cruz olmeca” (glifo que marca
los atavíos de la élite y se asocia con la figura del jaguar); en los costados
se observan huellas de pisadas; al frente, los brazos cruzados y, en la parte
media de la escena, el rostro del que sobresale la “boca gruñona”, que alude al
rugir del jaguar.
La similitud con otros cinco monumentos, los
investigadores creen que los rostros representan a gobernantes locales
realizando contorsionismo ritual. Al adoptar la posición en que aparecen
retratados –la cual reduce la irrigación y la oxigenación de la sangre al
cerebro–, los personajes alcanzaban estados de trance en ceremonias
adivinatorias, y eso les confería poderes.
Fuente: INAH
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