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El ataque de una mantis religiosa
tiene dos fases. En la primera, la fase de aproximación, una mantis
extiende sus patas hacia arriba y hacia afuera. En la segunda fase de
barrido, la mantis saca a la presa del aire y la atrae para comersela. El video
de la izquierda está registrado a 1/10 de la velocidad real; el de la derecha,
a toda velocidad. Dylan Scott
Muchos depredadores cazan y capturan presas móviles que, en algunos casos, intentan evitarlas o escapar de ellas. La captura de tales presas requiere que los depredadores muestren una flexibilidad de comportamiento considerable, que a menudo se asocia con mayores capacidades cognitivas en los vertebrados con cerebro relativamente grande. Sin embargo, los insectos con cerebros relativamente pequeños pueden usar reglas de comportamiento simples para producir estrategias de ataque efectivas que pueden parecer superficialmente complejas. La mayoría de los estudios de depredadores de insectos se han centrado en la flexibilidad de aquellos que persiguen a las presas en lugar de aquellos que "se sientan y esperan" a la presa. Estos depredadores de sentarse y esperar, que solo tienen una única oportunidad para capturar presas, pueden ajustar su comportamiento y mejorar con ello el éxito de la caza.
Un artículo publicado en línea en Biology Letters, sugiere que las mantis religiosas pueden ser un modelo para estudiar la flexibilidad del comportamiento de depredadores de cerebro relativamente pequeño y que cazan al acecho en una postura inmóvil (‘asiento y espera’). El estudio evidencia que las mantis atacan menos como autómatas y más como cazadores activos, calibrando sus ataques para capturar de manera más eficiente a su presa mientras esta vuela a diferentes velocidades. Para ello, utiliza sus fuertes patas delanteras para atraparla y devorarla viva mediante un ataque que varía de 60 a 290 milisegundos.
Los animales depredadores se
dividen tradicionalmente en dos categorías en función de cómo capturan a sus presas. El
primer grupo, los depredadores de persecución, corren hasta agotar a sus presas,
como el guepardo. Yi Liu
El segundo grupo, conocido como
depredadores de asiento y espera, se camuflan hasta que es el momento adecuado y,
luego, atacan. Tanto Yensen
Fuente: nytimes
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