Un encuentro demasiado cercano hizo que el tiburón perdiera la paciencia y, en un rápido movimiento, se lanzó hacia el desprevenido submarinista, que se quedó petrificado al ver la amenazadora boca del escualo, arrebatándole la cámara de las manos.
La dramática secuencia fue tomada por otro submarinista que le acompañaba en la inmersión.
Foto de Iberpress
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