La enigmática sonrisa de la Mona Lisa ha cautivado siempre la atención de expertos y profanos, pero el secreto parece ser que se encuentra en los ojos, no en su sonrisa, según desvelan las fotografías de alta resolución que se han tomado de sus pupilas y que han permitido descubrir la presencia de unas iniciales, de acuerdo con la investigación de Silvano Vicenti, presidente del comité italiano para el patrimonio nacional.
Las letras LV están escritas en el interior de su ojo derecho y están pintadas en negro sobre la mezcla de marrón y verde del fondo del ojo, con el trazo de un pincel fino, pudiendo corresponder a las iniciales del propio Leonardo. En el ojo izquierdo aparecen otras iniciales, que según Vicenti «es muy difìcil de determinar con claridad qué letras son, ya que la pintura tiene quinientos años y no es tan clara como cuando fue pintada». También bajo el arco derecho del puente que se ve al fondo del cuadro se aprecia la cifra 72 o quizás L2. «Es otra posible clave».
En cualquier caso, los trazos no tienen nada que ver con las siglas relativas a Lisa Gherardini, la esposa de un comerciante florentino que a menudo ha sido mencionada como la mujer retratada. Vicenti, que presentará sus conclusiones en enero, descarta además a Gherardini por su convicción de que la pintura fue realizada en Milán en la década de 1490, cuando el pintor se encontraba en la ciudad. Deduce, por ello, que la modelo debería ser alguien de la corte de Ludovico Sforza, el Duque de Milán. O, tal vez, si se consigue la exhumación y en la tumba se encuentra la calavera del artista, se pueda establecer que la Mona Lisa es en realidad Leonardo.
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