La formación de las montañas Gamburtsev, una larga cordillera de 1.200 kilómetros de longitud enterrada bajo una capa de hielo de hasta 3 kilómetros en la Antártida, con picos que llegan hasta los 3.400 metros, han sido un misterio desde su descubrimiento en 1958, ya que éstas se encuentran alejadas de los puntos de contacto de las placas tectónicas y tampoco son consecuencia de la actividad volcánica.
Los científicos de la British Antarctic Survey las explorarón durante el Año Polar Internacional (2007-2009), utilizando dos aviones bimotores equipados con radares de penetración de hielo, gravímetros y magnetómetros, por lo que han podido describir los procesos geológicos ocurridos en los últimos mil millones de años, que crearon la base de la corteza terretre que hay bajo las montañas y la fisura o rift de 3.000 kilómetros de largo de la Antártida Oriental, que se extiende desde la Antártida a través del océano hasta la India. Fue entre los 250 y los 100 millones de años cuando esta fractura allanó el caminio para que el continente Gondwana se rompiera, siendo esto la causa del calentamiento de la corteza terrestre, que hizo que la tierra emergiera de nuevo, dando lugar a las famosas montañas. Los ríos y los glaciares tallaron valles profundos, lo que ayudó a elevar los picos y crear el espectacular paisaje de las Gamburtseves, que se asemejan a los Alpes europeos. La capa de hielo que se formó hace 34 millones de años protege a las montañas de la erosión.
«Fue fascinante descubrir que la rift de la Antártida Oriental se parece a una de las maravillas geológicas del mundo -el rift de África Oriental- y que ha proporcionado la pieza perdida del rompecabezas que ayuda a explicar las montañas Gamburtsev». El sistema también contiene los lagos subglaciales más grandes de la Antártida.
Fuentes: ABC, British Antarctic Survey,
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