El New York Times ha
publicado un reportaje fotográfico titulado ‘Austeridad y hambre en España’,
realizado por el fotógrafo Samuel Aranda,
en el que refleja la complicada situación por la que están pasando muchos
españoles.
Las familia de Alfredo Aliu y Montse López miran desde su ventana la llegada
de la policía, que vienen a desalojarlos de su casa en Viladecavalls, al norte
de Barcelona. No pudieron pagar la hipoteca durante dos años, después de cerrar
su tienda de café.
Para un número creciente de personas la comida recogida en
los cubos de basura ayuda a pasar el mes. Estas tácticas de supervivencia son
cada vez más comunes en España, donde la tasa de desempleo es superior al 50
por ciento entre los jóvenes y en los hogares cada vez hay más adultos sin
empleo.
Una calle cerrada y sin uso en la ciudad costera de Benidorm, un
destino turístico en crecimiento antes de la crisis económica. Con la recesión
la tasa de desempleo creció espectacularmente.
Un comedor en Girona, donde el ayuntamiento ha anunciado que
va a poner candados en los contenedores de basura para impedir que la gente busque
comida en ellos.
Sindicalistas del SAT protestan contra los recortes del
gobierno durante una manifestación en Jimena, en el sur de España. A
medida que el país trata desesperadamente de cumplir con sus objetivos
presupuestarios, se ha visto obligado a emprender el mismo camino que Grecia,
la de introducir sucesivas medidas de austeridad: recortar empleos, salarios,
pensiones y beneficios, incluso cuando la economía continúa contrayéndose.
Manuel Lourerio, un
inmigrante cubano, en su caravana cerca de Barcelona, donde ha vivido
durante el último año y medio. Perdió su trabajo como obrero de la
construcción.
Esperando recibir el avituallamiento durante una marcha de
desempleados en el sur de España. El hambre, la mayoría de los
expertos están de acuerdo, está aumentando en España. Un informe de la
organización católica Caritas, publicado a principios de este año, dice que en 2010 se
había dado de comer a casi un millón de personas, más del doble que en
2007. Esta cifra aumentó en 65.000 personas en 2011.
Una marcha de trabajadores desempleados. Recientemente,
el gobierno elevó el impuesto al valor añadido tres puntos porcentuales en la
mayoría de los bienes y dos puntos sobre el coste de bastantes alimentos, lo que hace que la vida sea cada vez más difícil para aquellos que están en el
límite.
Una manifestación contra la austeridad en Jaén, sur de
España, donde las tasas de desempleo están muy por encima de la media. Recientemente, un grupo de alcaldes y
sindicalistas protagonizaron la sustracción en supermercados de carros de comida
para donarlos a necesitados. Más de una docena de ellos se enfrentan a un juicio
por robo.
En Viladecavalls, amigos y vecinos se manifestaron frente a
la casa de Alfredo Aliu y familia en un esfuerzo por detener el desalojo.
Una asamblea de españoles e inmigrantes africanos en una
fábrica abandonada en Barcelona, donde otras 300 personas viven, en su mayoría
inmigrantes que trabajaban en la construcción y perdieron su puesto de
trabajo.
Manifestación en Barcelona contra los recientes recortes a
la asistencia médica gratuita a los inmigrantes ilegales. La sanidad y la
educación están en el centro de los recortes.
Manifestación del Sindicato Andaluz de Trabajadores. Un
informe de Caritas dice que el 22 por ciento de los hogares españoles están
viviendo en la pobreza y cerca de 600.000 personas no tienen ningún tipo de
ingresos. Estas cifras se espera que empeoren en los próximos meses.
Una protesta contra los recortes a los servicios médicos
para los inmigrantes. Alrededor de un tercio de los que buscan la ayuda, según
Caritas , nunca habían estado en un usado comedor de beneficencia antes de que
estallara la crisis económica. Para muchos de ellos, la necesidad de pedir
ayuda es muy embarazosa. En algunos casos, las familias van a los
comedores sociales de localidades vecinas para que sus amigos y conocidos no
los vean.
Los rascacielos comparten ahora el horizonte con los solares
vacíos en Benidorm. Desde el inicio de la crisis financiera,
España se ha visto obligada a pagar altos intereses a los inversionistas, preocupados
por su solvencia y el temor a un rescate. Dado el tamaño de la economía
española y la debilidad de sus bancos, España se ha convertido en uno de los
mayores problemas a los que se enfrenta la Unión Europea.
Fuente: The NewYork Times
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