miércoles, 24 de octubre de 2012

El objeto más valioso




María, 10 años. Cuatro meses antes de que se tomara esta fotografía, los soldados llegaron a su aldea. En medio de la noche prendieron fuego a su casa. Al día siguiente, emprende elcamino hasta la frontera de Sudán del Sur, a la que llegó al cabo de tres meses. Había contraído la malaria y estuvo cinco días sin comer. El bidón  de agua fue lo más valioso que trajo consigo.




Magboola, de 20 años, y su familia resistieron los ataques aéreos durante varios meses, pero decidió dejar su pueblo la noche en que los soldados llegaron y abrieron fuego. Con sus tres hijas, caminó durante 12 días ´hasta la frontera de Sudán del Sur. La cosa más importante que fue capaz de llevar es la olla que tiene en esta fotografía. Era lo suficientemente pequeña para poder viajar con ella, pero lo suficientemente grande para poder cocinar sorgo durante su viaje.




En septiembre de 2011 la guerra llegó a su aldea. Durante cinco meses Shari, que tiene 75 años y es ciega, y su hijo, Osman, de 40 años, iban de pueblo en pueblo tratando de encontrar seguridad. A veces, Shari  llegó a tener tanta hambre que comió las hojas del árbol lalof. Algunos de los vecinos y amigos que los acompañaron en el camino murieron de enfermedad o de hambre. Llegaron a Jamam en febrero de 2012. La cosa más importante que Shari fue capaz de llevar con ella es el palo que sostiene. "He tenido este palo desde que me quedé ciega hace seis años. Sin él y mi hijo estaría ahora muerta".



En 2011 los habitantes del estado del Nilo Azul  deberían haber celebrado ‘consultas públicas’ para determinar su futuro constitucional bien uniéndose a Sudán del Sur  o, por el contrario, mantenerse en Sudán, como parte del Acuerdo General de Paz que puso fin a la guerra civil sudanesa en 2005. Sin embargo, la disputa por el gobierno del estado y la determinación por parte del gobierno central sudanés de erradicar al Movimiento de LiberaciónPopular de Sudán (SPLM), fueron los detonantes para que estallaran nuevamente los combates entre una insurgencia renovada y activa y el gobierno de Sudán. Por ello, las consultas han sido pospuestas indefinidamente.




Varios meses antes de que esta foto fuera tomada, los repetidos bombardeos obligaron Dowla, de 22 años, y sus seis hijos a huir de su aldea. El objeto más importante para ella fue esta balanza de madera colgada sobre sus hombros, con la que se valió  para llevar a sus hijos cuando estos se cansaban durante los 10 días que duró el viaje hasta Sudán del Sur.




Los bombardeos forzaron a  Ahmed, de diez 10 años, y  a su familia a huir de su hogar siete meses antes de que se tomara esta fotografía. La cosa más importante que se llevó con él fue Kako, su mono mascota. Kako y Ahmed hicieron juntos el viaje de cinco días hasta la frontera de Sudán del Sur en la parte trasera de un camión. Ahmed dice que no puede imaginar la vida sin Kako, y que lo más difícil fue  dejar atrás el burro de su familia.


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Ocho meses antes de que se tomara esta fotografía, Taiba, de 15 años , huyó de su aldea. Dejó todo, sin nada más que la ropa andrajosa que llevaba, Taiba, su madre y cinco hermanos se embarcaron en un viaje de dos meses a Sudán del Sur. Estuvo varios días seguidos sin comer, no llevaba zapatos, ni tenía ningún recipiente para transportar agua. Sobrevivió gracias a los frutos del bosque y pidiendo comida y agua. Durante el viaje, sufrió de diarrea y una dolorosa infección de la piel. Taiba  no enseña ningún objeto, las manos están vacías, tal como inicio el viaje desde su pueblo. Debido al tétanos tiene el brazo izquierdo inmovilizado desde hace cuatro años.  Ella es una de las personas más vulnerables que buscaron  refugio en Jamam.



Esta guerra ha dado lugar a una crisis de refugiados que huyen de la violencia. Más 105.000 han cruzado la frontera entre el estado del Nilo Azul y Sudán del Sur desde noviembre de 2011. El viaje se hace generalmente a pie por caminos intransitables a causa de las fuertes lluvias, pasando por las zonas de conflicto  y el encuentro con desaprensivos. La mayoría huye con lo puesto, con escasas o ninguna pertenencia a sus espaldas; Algunos llegan enfermos o heridos, muchos han pasado hambre por el camino y otros, los más débiles, nunca llegaran.




Hasan, que no está seguro de su edad, pero se imagina a sí mismo como entre 60 y 70 años de edad. La guerra les forzó a él y a su familia a huir de su hogar. El objeto más importante es la billetera vacía que nos enseña. A pesar de que ahora es indigente, se alejó de su pueblo con el dinero suficiente para comprar comida durante el viaje que duró 25  días hastaa la frontera con Sudán del Sur.




Asha Babur, de 28 años. En septiembre de 2011 la guerra llegó a su pueblo. Ella y su familia soportaron los bombardeos aéreos durante meses, pero decidieron huir cuando los tiroteos alcanzaron el pueblo. Las cosas más importantes que se llevó son las pulseras o kubasha. "Yo no podía llevarme nada, sólo lo que llevaba puesto. Todo lo que ahora tengo lo he comprado en Jamam, excepto estas pulseras, que son las únicas cosas bellas que tengo en casa".




El intercambio de disparos y los  bombardeos aéreos obligaron Howard, de 21 años, con su esposa y sus seis hijos, a huir de su hogar hace ya cuatro meses. El objeto más importante para él es el largo sable que sostiene, llamado shefe, que utilizó para defender a su familia y a su rebaño de 20 vacas durante un viaje de 20 días hasta el campo de refugiados de Yusuf Batil.



El fotoperiodista Brian Sokol pidió a varios refugiados en Sudán del Sur para que posaran y le mostraran  el objeto  más importante que se llevaron consigo en la huida. Las imágenes nos cuentan su historia, una gente que perdió todo, pero con la determinación de seguir adelante.
Las fotografías fueron hechas en los campos de refugiados de Jamam, Doro y Yusuf Batil, de Maban County, Sudán del Sur.




Noora, que no sabe su edad, se encuentra en el interior de su refugio improvisado en el campamento de refugiados de Doro, Ella y sus tres hijos huyeron de su aldea hace tres, cuando la guerra mató a su marido. El objeto más importante que ella llevó es esta canasta, que le permitió llevar a su hijo Sabit Idris, de un año, encima de la cabeza durante el viaje de cuatro días a Sudán del Sur. Sus otros dos hijos, Hanan, de dos años, y Nguma, de tres, hicieron el viaje a pie. Los niños están desnutridos en la actualidad, y Noora tiene que salir durante del día a buscar agua para luego venderla a los refugiados más pudientes.




Omar Belu Garmut no está seguro de su edad, cree que tiene entre 60 y 70 años. En su pueblo era agricultor y durante varios meses sufrieron los bombardeos aéreos, pero cuando los soldados llegaron por la noche y abrieron fuego, decidió que era el momento de huir. Con sus dos esposas y 16 hijos, caminaron  durante  12 días hasta la frontera de Sudán del Sur. Lo más importante que Omar llevaba es esta hacha que utilizó para cortar leña para cocinar y poder hacer pequeñas estructuras de madera donde su familia podía dormir por la noche y, a veces, descansar durante varios días durante su viaje.




Torjam Alamin tiene ochenta y cinco años. Cuando la guerra llegó a su pueblo, Torjam huyó a la aldea vecina, con la esperanza de encontrar seguridad. Sin embargo, el conflicto lo siguió hasta allí, así que él y su familia se fueron durante la noche. Las cosas más importantes para Torjam fueron estas dos botellas de plástico. En una, llevaba el agua potable; en la otra, el aceite para cocinar. "Todo lo que podía llevar era esto, y un hacha. No podíamos llevar  mucho más, e incluso tuvo que dejar algunos otros ancianos atrás”.





Fuente: ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados
Fotos:  Flickr (The most important thing)






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