Universidad
de Oregón
La pieza de ámbar muestra el ataque de una araña a un
insecto. El insecto estaba doblemente condenado. O era devorado por la araña o
moría sepultado por la resina de una conífera de hace 100 millones de años.
Ocurrió lo segundo. Puede verse incluso la tela de araña en la que había caído
el insecto. Parece adivinarse que la víctima es una avispa macho, por
su abdomen rayado.
Según publica la universidad de Oregón, es el único fósil descubierto
del ataque de una araña a su presa atrapada en su telaraña
que se ha conservado en el tiempo con gran detalle. El ámbar, fue recogido en el valle de Hukawng (Myanmar),
en el Cretácico Temprano con una antigüedad entre 97-110 millones de años.
Fuente: El País
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